El 19 de septiembre de 2023, sumó otro sentido para cientos de jóvenes de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH). Aun con acuerdos no cumplidos, desconfianza hacia las autoridades, fisuras entre las mismas instituciones y hasta hartazgo de una lucha que parece no tener fin, no cabe duda que ese día se sembró un despertar estudiantil en el edificio Central de Abasolo.
Luego de más de 20 días en paro, tras pedir la destitución de la entonces directora, María Teresa Paulín, los estudiantes del Instituto de Artes (IDA) decidieron llevar su manifestación pacífica al edificio de Abasolo, ya cansados de la nula respuesta de las autoridades universitarias a sus demandas.
Cerca del medio día, los paristas se encontraron con un Abasolo resguardado, reflejo de que de nuevo les cerraban el diálogo a los estudiantes. Fue en ese momento donde tomaron uno de los edificios más emblemáticos de la UAEH y se dio el famoso “portazo”. En ese día la distintiva garza “murió”, y se avivó un movimiento estudiantil al que incluso se unieron distintas escuelas.
Estudiantes y manifestantes denunciaron que al ingresar al edificio fueron recibidos por un grupo de choque, entre los que se encontraba personal de la universidad y el ahora expresidente del Consejo Estudiantil Universitario (CEUEH), Esteban Rodríguez.
Tras la jornada de movilizaciones, institutos de la UAEH mostraron solidaridad al Instituto de Artes; logrando que ICSA, ICEA, ICBI e ICSHu detuvieran sus actividades escolares, comenzando así un paro estudiantil masivo.
Luego de la unión de más institutos y diversas manifestaciones, el 25 de septiembre se informó que la directora del IDA, María Paulín había dejado su cargo.
La directora fue señalada en distintas ocasiones por hostigamiento, violencia psicológica y protección a presuntos violentadores; motivo por el cual inició en primera instancia las manifestaciones y paro en el IDA.
Las movilizaciones estudiantiles después del 19 de septiembre
A pesar de que con anterioridad, se había entregado un pliego petitorio, pidiendo esta destitución, fue hasta después de los hechos en Abasolo y el paro, que las autoridades escolares comenzaron a indagar en los casos.
Sin embargo, a partir del 19 septiembre, las exigencias en el pliego petitorio aumentaron, ya que además de dicha destitución, la comunidad garza comenzó a solicitar la salida de Esteban del CEUEH, y no represalias contra su derecho a manifestarse.
A estas exigencias y hartazgo, se unió el Instituto Tecnológico de Pachuca, el Centro Hidalguense de Estudios Superiores (Cenhies) y poco a poco, en distintas universidades comenzaron a alzar la voz por casos de acoso sexual, abuso de poder y violencia contra los estudiantes.
Después de incluso pedir la intervención del mandatario estatal, Julio Menchaca Salazar, se fortaleció el movimiento estudiantil no solo en la UAEH, sino a nivel estatal.
Por parte de la autónoma de Hidalgo, y estudiantes del ICSHu, quienes se aferraron al paro, organizaron mesas de diálogo para poder resolver cara a cara las demandas, tanto los estudiantes, como de las autoridades universitarias.
Luego de que el rector Octavio Castillo Acosta se negó a ofrecer disculpas públicas por los hechos violentos en Abasolo, los representantes paristas se retiraron de la mesa, terminando de manera abrupta con la reunión; sin embargo, esta se reanudó y se acordó un regreso a clases de manera paulatina con una recalendarización.
A un año de los paros, manifestaciones y Abasolo
Aun con el levantamiento de los paros, el malestar estudiantil continúa por las agresiones de ese 19 de septiembre. Las intervenciones políticas, choques entre voceros y líderes del movimiento comenzaron a incrementar, pero ya sin el respaldo público de los estudiantes.
La situación escaló cuando la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Hidalgo (CDHEH) intervino y le recomendó al rector, Octavio Acosta Castillo, ofrecer una disculpa pública por los actos violentos en los que estuvo involucrada la máxima casa de estudios. Sin embargo, el organismo autónomo recibió tres contrademandas.
A un año de esta manifestación que detonó una serie de movilizaciones, muchos mantienen la rabia de ese violento día que aún no repara injusticias, otros tantos anteponen sus intereses y prefieren olvidar. Pero la herida en la garza ahí está.