Incumplimiento por parte de la federación en cuanto a la falta de apoyos económicos y psicológicos continúan presentes; un memorial para llorar a las víctimas, aún sin realizarse
Mil 95 días han pasado desde aquel momento que cambió la vida en la comunidad de San Primitivo, en Tlahuelilpan, Hidalgo; 26 mil 280 horas en las que madres, padres, abuelos, viudas se siguen haciendo la misma pregunta: “¿Por qué fuiste allá?”, y una serie de preguntas que las familias de los 137 fallecidos por la explosión de una fuga proveniente de un ducto de Petróleos Mexicanos (Pemex) cimbró a la sociedad hidalguense, mexicana y colocó al estado en las primeras páginas y noticieros en el país y el mundo.
Tres años de la explosión que quedó marcada en la memoria de quienes vieron las imágenes de personas incendiadas corriendo entre los plantíos de alfalfa, gritando su dolor, cayendo sin remedio ante los daños provocados por las quemaduras, otros más con vida y esperando ayuda.
Minutos después de las 19:00 horas del 18 de enero de 2019, la vida de muchos terminó, otros más vivieron el calvario de un recuperación por quemaduras de tercer grado, menores de edad que recordarán ese día cuando acuden a terapia, cuando ven las cicatrices y la ausencia de su padre, hermano, primo o sobrinos, y aún quedan muchas preguntas qué responder, que se quedaron congeladas por la llegada de una pandemia y el silencio de las autoridades; madres y abuelas que se hacen cargo de la crianza de las y los menores de edad que quedaron en la orfandad.
Este es un recuento de lo que acontece sobre este tema, una situación que no se olvidará ahí, en Tlahuelilpan, en donde sembradíos de maíz ahora surgen de entre la tierra en donde cayeron muertos 137 hidalguenses.
Falta de apoyos
Lucía Hernández Reyes, familiar de una de las víctimas no tienen información alguna del memorial que se comprometió el gobierno federal a realizar a quienes perdieron la vida en este lugar, que quedará de recordatorio, consuelo y en donde hablar con sus muertos, en donde platicarles su penas y pedirles apoyo para aliviar el dolor que tienen en sus corazones tras su pérdida.
Hace pocos días, Lucía ofreció una conferencia de prensa en la que señaló que, a pesar de que hubo un compromiso por parte de las autoridades federales para la liberación y adquisición del terreno donde ocurrió la tragedia con el fin de construir este memorial, aseguró, “todavía no sabemos nada”.
Así también, expresó su descontento, pues a pesar de que las autoridades también se comprometieron a activar diversos mecanismos para generar fuentes empleo, autoempleo y actividades productivas, “tampoco no tenemos nada en concreto, es más ni siquiera lo han tocado nuestras autoridades”.
Así también, la madre de uno de los menores de edad que sobrevivieron pero que sufrieron quemaduras de tercer grado, dijo que otro de los acuerdos era darle seguimiento a los tratamientos médicos que se les brinda en Estados Unidos por la Fundación Michou y Mau, puesto que hay problemas con la caducidad de las visas para ingresar a ese país, por lo que pidió se le apoye.
Continúa el huachicoleo
A pesar de la tragedia, algunos que sobrevivieron y se dedican a esta actividad ilícita del robo de combustible continúan reincidiendo en la acción, tal como lo señaló María Enriqueta Monroy, regidora presidenta de la comisión de Seguridad Pública en el cabildo de Tlahuelilpan.
“Tenemos que enfrentar diversos delitos, entre ellos el huachicol, con limitación en recursos económicos, materiales y humanos”, dijo, admitiendo que en el municipio hay incremento en este delito, “aunque, en el caso de los huachicoleros, afortunadamente ya está disminuyendo”.
Existe un trabajo coordinado entre las diferentes dependencias de seguridad, con el objetivo de frenar esta práctica delictiva y es en Tetepango y Atotonilco de Tula, en donde los elementos de seguridad han enfrentado dificultades por la resistencia de pobladores a permitir los aseguramientos de unidades que transportan combustible de dudosa procedencia.
Memorial, el tema pendiente
Un año después de la tragedia, autoridades del gobierno federal y estatal colocaron en un acto simbólico, la primera piedra del memorial para recordar a las 137 personas que murieron en esta tragedia, en el marco de la Ceremonia de remembranza colectiva a un año de la explosión del ducto de Pemex.
En 2021, continuaba sin concretarse este espacio dentro de un municipio pequeño, con tan solo 28.18 kilómetros cuadrados y una población no mayor a los 20 mil habitantes, y en la “franja de la muerte” como muchos la han denominado, se colocaron pequeñas capillas o tan solo cruces que recuerdan a los fallecidos y desaparecidos de esta tragedia, que siempre estarán en la memoria de sus familiares y amigos.