Las inundaciones causaron al menos cuatro muertos y un desaparecido, anunciaron este sábado las autoridades locales, que restringieron el acceso al combustible en las regiones afectadas
Las lluvias torrenciales que cayeron en el suroeste de la provincia Columbia Británica el domingo y el lunes pasados provocaron deslizamientos de tierra e inundaciones, que destruyeron vías e infraestructuras.
El oleoducto Trans Mountain, crucial para la industria petrolera de Alberta, se cerró temporalmente.
La Gendarmería Real (GRC, policía federal) confirmó el sábado que tres hombres, reportados desparecidos desde el lunes, fueron hallados sin vida cerca del Lago Duffy.
Estas tres muertes elevan a cuatro los fallecimientos a causa de las inundaciones. El cuerpo sin vida de una mujer había sido encontrado cerca de un desprendimiento de tierra que se llevó una gran parte de una carretera, cerca de Lillooet, a 250 kilómetros de Vancouver.
Este eje vial, que conecta Vancouver con regiones aisladas del norte de la provincia, fue reabierto el sábado para tráfico «solamente esencial», anunciaron las autoridades de Columbia Británica en un comunicado.
Las autoridades impusieron el viernes a conductores particulares un máximo de 30 litros de combustible por carga, con el fin de atenuar las afectaciones a las cadenas de suministro que generó este episodio climático extremo.
Esta medida puede estar en vigor durante «10 días», estimó el ministro de la Seguridad Pública de Columbia Británica, Mike Farnworth, quien instó a sus conciudadanos a limitar los viajes para ahorrar gasolina.
En Abbotsford, en parte anegada y donde se desplegó el Ejército, las granjas fueron abastecidas por helicópteros. Cuatro toneladas de alimentos fueron enviadas este sábado por aire a una granja porcina, indicaron las autoridades.
En tanto, se espera que caigan importantes precipitaciones en la zona la próxima semana.
Esta región de la costa del Pacífico canadiense ha sufrido repetidas catástrofes naturales en pocos meses: un episodio de calor intenso a finales de julio dejó más de 500 muertos, así como incendios forestales que destruyeron un poblado, consecuencia del calentamiento global, según expertos.