¿Plantar árboles es tan bueno para la Tierra como todos dicen?

Árboles

Varios estudios explican los pros y contras sobre la reforestación de árboles y dónde se deben sumar esfuerzos para que esta iniciativa sea más efectiva

A medida que el mundo busca soluciones al cambio climático, la plantación de árboles se ha vuelto una acción más popular entre las personas que tienen la intención de combatir el problema. Sin embargo, los expertos en la materia están planteando la idea de saber si realmente es efectivo plantar árboles y para combatir el cambio climático.

Una investigación realizada por el medio inglés Mongabay, especializado en temas ambientales, demostró cuán efectiva es esta acción y lo que implica plantar árboles para reabastecer los bosques durante mucho tiempo. El primer aspecto positivo fue el hecho de que plantar árboles tiene más objetivos ambientales y no solo combatir el cambio climático.

Por ejemplo, entre los beneficios se encuentra la regulación de los ciclos del agua, la detención de la erosión del suelo, la desertificación y la restauración del hábitat silvestre. Asimismo, también suele tener objetivos socioeconómicos, desde aliviar la pobreza y mejorar la salud, hasta cambiar los medios de vida de las comunidades locales.

En primera instancia, la plantación de árboles parece tener importantes beneficios para el planeta y las personas. No obstante, existen factores complejos que pueden entorpecer la reforestación, una de ellas es ignorar las condiciones locales en muchas áreas, pues algunas no son aptas para la restauración.

«Hoy en día los proyectos de reforestación se centran en el número de árboles plantados, como si fuera el único objetivo final». Explicó Pedro Brancalion, profesor de la Universidad de Sao Paulo, quien agregó que la cantidad de árboles plantados es el comienzo de un proceso muy largo de estudio.

Sus palabras fueron respaldadas por un estudio realizado en 2017 en Sri Lanka, donde se encontró que en 9 de los 23 sitios donde el objetivo final era plantar el mayor número de árboles, ninguno sobrevivió. Solo una quinta parte de las más de mil hectáreas plantadas se recuperaron con éxito, los principales fueron manglares.

Otros casos documentados exponen que la plantación de árboles tiene consecuencias ambientales no deseadas e incluso, algunas pueden ser negativas. A partir del siglo XIX, Sudáfrica comenzó a plantar acacias australianas no nativas para estabilizar las dunas y producir madera. Pero las acacias se extendieron rápidamente a través de amplias franjas de pastizales y brezales nativos de Sudáfrica. El país ahora gasta millones de dólares al año para eliminar los árboles problemáticos, «es un claro ejemplo de donde las especies exóticas utilizadas en las plantaciones de monocultivos se salieron de control». Puntualizó Kate Hardwick, asociada principal de proyectos urbanos en Arup, una compañía de gestión de proyectos y servicio de consultas.

Los programas de reforestación también pueden afectar negativamente los medios de vida de las personas si no se tiene una estrategia adecuada para cada región. Según informes el programa «Tsunami de 10 mil millones de árboles» de Pakistán llevó a que los inquilinos fueran desalojados de sus tierras por terratenientes quienes buscaban establecer plantaciones de árboles. Asimismo, se perdieron más de 3 millones de dólares debido a la corrupción y desvío de fondos justificados a través de análisis científicos irregulares.

Hasta el momento, no se tiene un cálculo exacto sobre cuántos programas de reforestación han fracasado a nivel global y qué otros cumplieron su objetivo de reforestar las áreas afectadas. No basta con plantar masivas cantidades de árboles, sino de tener estudios previos para plantar las especies adecuadas a fin de tener un impacto positivo en el medio ambiente, ecosistemas y sociedad.

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