Más de 690 millones de personas sufren hambre a nivel mundial, tal cifra podría incrementarse si no se toman acciones a los desafíos de alimentación
Otra pandemia, además del coronavirus, amenaza a la humanidad y es la del hambre, advierte el Instituto Internacional de Investigación de Políticas Alimentarias (IPA) y el Servicio de Investigación Agrícola de Estados Unidos. Dichos organismos en un nuevo estudio señalan, los desafíos mundiales de alimentación y hambre aumentarán la mortalidad en 2050. Estiman, a nivel mundial más de 700 millones de personas padecerán hambre crónica para tal fecha y la tasa de mortalidad aumentará 10% por esta causa. Todo ello debido al cambio climático sobre la disponibilidad de alimentos, pero se podría mitigar la situación si se toman diversas medidas.
Dicha investigación fue publicada en The American Journal of Clinical Nutrition y señala, conforme avanza el cambio climático y crece la población, los desafíos mundiales de alimentación y hambre aumentarán la mortalidad. Así alcanzar el objetivo de la Organización de las Naciones Unidas «Hambre Cero» para 2030 será imposible sin una acción política extraordinaria, afirman los autores del estudio.
Para llegar a las conclusiones, los investigadores utilizaron un modelo de sistema alimentario desarrollado por la IPA. Este modelo relacionó la disponibilidad de alimentos, el hambre y la mortalidad para proyectar el número total decesos causados por el hambre crónica agravada por el cambio climático. Los escenarios examinados mostraron que se podrían evitar los desafíos mundiales de alimentación y hambre y reducir la mortalidad si se emplea una estrategia de inversión integral por los responsables a nivel mundial.
Un aumento de la inversión de 25.5 mil millones de dólares anuales compensaría los impactos negativos del cambio climático en la mortalidad, según el estudio. Asimismo, los investigadores puntualmente señalaron: «Para satisfacer las necesidades nutricionales mundiales, es importante las autoridades inviertan más en los sistemas alimenticios, en lugar de producir más comida. Hacerlo junto con oportunidades de salud, educación y empleo reducirían los efectos del cambio climático y disminuirían el hambre mundial».
Sin embargo, los desafíos mundiales de alimentación, hambre y mortalidad no son los únicos a contrarrestar, otra arista del problema es el desperdicio de alimentos. El «Índice de desperdicios de alimentos 2020» elaborado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente indica que en 2020 se desperdiciaron 931 millones de toneladas de alimentos. Tal cifra equivale al 17% de la producción mundial de alimentos y para dimensionar aún mejor los números, en peso representarían a 23 millones de camiones de 40 toneladas. Esto tiene un fuerte impacto económico pero, sobre todo, medioambiental porque el 10% de los gases de efecto invernadero provienen de alimentos desperdiciados.
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, 690 millones de personas pasaron hambre en 2020. Asimismo, el 10 % de la población mundial pasa hambre todos los días, es decir, 690 millones de personas. Se espera que estas cifras aumentarán después de la pandemia de coronavirus de no hacer frente a los desafíos mundiales de alimentación y hambre. Ya ahora se puede ver estos desafíos mundiales de alimentación y hambre aumentarán la mortalidad en 2050 si no se toman acciones. Ejemplos en diferentes continentes demuestran la gravedad: 381 millones de las personas desnutridas en el mundo se encuentran en Asia, más de 250 millones en África y 130 millones en Latinoamérica.
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