La indiferencia de las autoridades ambientales de los gobiernos de Hidalgo y México, provocaron una crisis severa en los bosques del estado por el ataque de plagas y fenómenos naturales derivados de cambio climático.
Actualmente, son 500 hectáreas del Parque Nacional del Chico, de las más de 2 mil 7000 con las que cuenta, las que de manera irremediable desaparecerán debido a una falta de atención oportuna.
Los efectos del cambio climático y de la llamada “sequía caliente”, provocaron que los gusanos se reprodujeran sin control. A pesar de que se tuvo la información a tiempo, ninguna autoridad hizo nada para combatirlo.
Lo que se sabe es que hace dos años, los responsables del Parque Nacional del Chico, alertaron sobre la presencia de plagas. Pero lo que hizo la Semarnath, la cual preside Mónica Mixtega, fue deslindarse y responsabilizar a otras dependencias estatales y federales.
En ese entonces, especialistas de varias universidades y expertos canadienses, realizaron un diagnóstico y dieron posibles soluciones. Pero nada, no se hizo nada por «falta de presupuesto».
Hace dos años no se hablaba de 500 hectáreas, sino de una extensión mucho menor, que en este momento ya es grave. Los llamados de auxilio fueron generalizados durante una reunión que encabezó el diputado Avelino Tovar, presidente de la Comisión del Medio Ambiente del Congreso local y representantes de las dependencias federales y estatales, además de cuidadores y responsables de todos los bosques de Hidalgo.
Ahí se habló de afectaciones mayores, pues el descuido ya afecta una amplia zona arbolada del estado. Fuerte fue el reclamo de quienes alzaron la voz en su momento y no se hizo nada.
Mónica Mixtega Trejo, la secretaria del Medio Ambiente de Hidalgo, volvió a decir que no era su responsabilidad y peor aún, en la reunión se quiso responsabilizar a los comuneros y ejidatarios para que atiendan solos la problemática.
Que grave que en medio de la emergencia por los bosques del estado, las actitudes de las autoridades sean indiferentes, del «no pasa nada» o «no es mi responsabilidad», cuando las áreas verdes son riqueza ambiental de la humanidad que proveen de agua y aire limpio para todos.
Así, esta reserva natural, que debió estar protegida por quienes hoy gobiernan, está condenada a desaparecer por la ineptitud de funcionarios improvisados e irresponsables.
Hace dos años se pondría en marcha una campaña turística para promocionar a los municipios del corredor de la montaña, y ya se supo de la devastación del bosque por la plaga, por lo que entró en pausa.
Está claro lo que pasaba en El Chico, pero nadie hizo nada, ahora en un grito desesperado se buscan acciones contundentes para frenar la afectación, pero de manera irremediable 500 hectáreas del bosque serán derribadas, podrían ser simples árboles, pero no, va más allá de eso, se trata de un daño ambiental irreversible que nos cobrará la factura a todos.
Da miedo el panorama cuyos tintes son catastróficos, ya viene una intensa ola de calor, los incendios amenazan las zonas arboladas de Hidalgo, la tala clandestina y las plagas avanzan y no hay una acción gubernamental clara que ayude a contener la problemática.