Estos días he coincidido con personas que desean hacer cambios en sus hábitos, para nada sorprendente ha sido que también tenían en común la dificultad de comprometerse consigo mismos, dando a entender que es más fácil lograr un hábito si hay más personas involucradas. Lo que me llevó a pensar la importancia de tener el habido de cambiar de hábitos, (por paradójico que suene).
Por: Kathya Moreno
El cambio de hábitos es un desafío complejo que muchas personas enfrentan con entusiasmo, pero también con frustración. Desde una perspectiva psicológica, este proceso va más allá de la simple fuerza de voluntad; involucra la comprensión de los patrones mentales y emocionales que sostienen nuestras conductas diarias. Para cambiar un hábito de manera efectiva, es fundamental comprender cómo y por qué se han formado esos hábitos en primer lugar.
En términos psicológicos, el cambio de hábitos se puede ver como un proceso de reaprendizaje. Muchas de nuestras rutinas están condicionadas por recompensas inmediatas o por la reducción de estrés, lo cual refuerza comportamientos que, aunque no sean saludables, proporcionan una gratificación momentánea. Para transformar estos patrones, los psicólogos sugieren reemplazar hábitos dañinos con conductas que ofrecerán recompensas alternativas y saludables. Aquí, la motivación intrínseca juega un papel clave: entender cómo un nuevo hábito puede beneficiar nuestra vida a largo plazo es esencial para sostener el cambio.
Además, la psicología sugiere que los cambios de hábitos sean graduales. Este enfoque incremental permite que el cerebro se adapte mejor a las nuevas conductas, evitando la sensación de sobrecarga que genera el cambio radical. A su vez, el apoyo social es otro factor crucial; rodearse de personas que comparten o apoyan las metas de cambio proporciona motivación adicional y fortalece el compromiso.
Si bien, realizar actividades nuevas es más sencillo cuando estamos acompañados, es importante que reflexionemos sobre la importancia de hacer cambios por y para nosotros mismos, los cuales nos ayudan a crear una verdadera transformación. El cambio de hábitos, entonces, requiere paciencia, autocompasión y una profunda comprensión de uno mismo. No es simplemente una cuestión de disciplina, sino de trabajar con nuestra mente y entorno para crear una base que sustente el cambio a largo plazo.
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