Con furia y valentía, Colombia eliminó a Uruguay y se cita con Argentina en la final de la Copa América.
Por Jorge Daniel
Allá va Colombia, Argentina. Allá va y no la para nadie. Es una Colombia guerrera, sin complejos, que con su fútbol alegre, mezcla de talento y coraje, clasificó a la final de la Copa América 2024, dejando en el camino a la aguerrida selección de Uruguay, con un solitario e infinito 1-0.
Colombia, con una camiseta en la que cabe todo un país, está decidida a cumplir el sueño de ser campeones el próximo domingo 14 de julio; Argentina espera, y esta Colombia valiente va por ella.
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Colombia vivió una batalla épica, dejando el alma en la cancha para superar a Uruguay en un partido de taches y canilleras, de fútbol y corazón, de lágrimas y sudor.
Desde el primer minuto, los jugadores de Colombia miraron a los ojos a sus rivales y los enfrentaron con hazaña. Un primer remate de Jhon Arias fue para calentar la pólvora. Un cabezazo de Muñoz fue para ganar confianza. Colombia crecía con orden, pero al primer descuido sufrió la furia de Darwin Núñez, quien casi anotó.
Pasada la media hora, Colombia esperaba el momento justo para agredir. James Rodríguez, con su zurda mágica, puso un centro que Jhon Córdoba casi convierte. En medio del fragor, con patadas y golpes, Bentancur se lesionó y dejó el campo. Entonces, en el minuto 39, un tiro de esquina ejecutado por James encontró la cabeza de Lerma, quien con un salto y el corazón lleno de pasión, anotó el gol que puso a Colombia en la final.
El segundo tiempo fue un infierno. Uruguay atacó con todo, pero Colombia, con un país entero luchando junto a sus jugadores, aguantó. Finalmente, esos 10 guerreros que parecían millones, celebraron con lágrimas y sudor su clasificación a la final de la Copa América. Argentina, allá va Colombia, y no van heridos.
Pero el drama no terminó ahí. Al minuto 55, una entrada brutal sobre Richard Ríos encendió los ánimos. César Ramos, el árbitro mexicano, decidió no detener el juego, lo que enfureció a James Rodríguez. «Hijo de pu…», le gritó a Ramos, ganándose una tarjeta amarilla y una reprimenda pública. La pasión del momento se desbordó, pero Colombia se mantuvo firme.
Y luego, el caos. Después del pitazo final, un grupo de jugadores uruguayos, encabezados por Darwin Núñez y Ronald Araújo, se enfrentaron a puños y patadas con hinchas colombianos en las gradas del Bank of America Stadium.
Videos en redes sociales mostraron a los uruguayos subiendo a las tribunas para defender a sus familias, alegando que los colombianos comenzaron la pelea. José María Giménez denunció la falta de seguridad y el peligro para sus seres queridos.
La celebración de la clasificación de Colombia a la final de la Copa América 2024 se vio empañada por estos hechos lamentables, pero el sueño sigue vivo.
El próximo desafío será Argentina, y Colombia, con la fuerza de toda una nación detrás, está lista para pelear por el título.