Necesario fortalecer la democracia de la ciudadanía en América Latina opinan expertos

Especialistas analizan avances, riesgos y dilemas de la agenda político-electoral en la primera sesión temática regional del Foro para América de la Cumbre de la Democracia Electoral

 

Ciudad de México, 29 de junio de 2022.- La idea de los procesos electorales como mecanismos para la resolución pacífica de los conflictos de las sociedades en América Latina se está erosionando, por lo que es fundamental el fortalecimiento de la democracia de la ciudadanía, coincidieron especialistas en el marco del segundo día de actividades del Foro Regional para América de la Cumbre de la Democracia Electoral.

El foro en mención es organizado por el Instituto Nacional Electoral (INE) y 18 organizaciones internacionales.

El director del Centro Internacional de Estudios Políticos y Sociales (CIEPS) de la Academia Interamericana de Panamá, Harry Brown, advirtió que existe una crisis de confianza en los organismos electorales en Centroamérica.

Durante su participación en la temática de “Avances, riesgos y dilemas de la agenda político-electoral en la región”, indicó que en Guatemala solo el 17 por ciento (%) confía en el organismo electoral guatemalteco, 12% en Honduras, 26% en el Salvador, 44% en Costa Rica, 38% en Panamá y 17% en Nicaragua”.

Con base en una encuesta realizada por el CIEPS, respecto a la confianza en los partidos políticos dijeron que no simpatizan con ningún partido: el 73% de costarricenses, el 78% en Honduras, 58% en Panamá y 83% en El Salvador.

Ante este escenario, Harry Brown consideró que para fortalecer la democracia hay que fortalecer sus instituciones y tener una discusión sobre el bienestar ciudadano y su relación con la democracia.

En su intervención, la académica del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Flavia Freidenberg, destacó que la idea poderosa de que las elecciones permiten resolver los problemas en paz es lo que hoy no está tan claro y se está erosionando.

No obstante, acentuó, que “en América Latina se han realizado más de 212 elecciones desde 1978 hasta la fecha, y los organismos han aprendido a organizar elecciones con mayor autonomía y más profesionalismo; los partidos políticos han aprendido a competir y muchos de ellos, incluso, a perder y la ciudadanía ha aprendido a votar”.

Llamó a no dejar solos a los organismos electorales en la región y hacer una gran revisión del compromiso y lealtad de los partidos políticos con la democracia, y convocó a invertir más en la ciudadanía a través de proyectos, “que enseñen a la gente que sin democracia no hay vida”.

La representante de la “Misión de Observación Electoral (MOE) de Colombia”, Alejandra Barrios, habló de la desconexión de las organizaciones políticas con los intereses de la ciudadanía.

Sostuvo que, en América Latina, la gran mayoría de los países tiene instituciones fuertes, consolidadas, con una gran capacidad técnica, pero esta democracia procedimental no ha venido acompañada de un esfuerzo y fortalecimiento de la democracia de la ciudadanía, “es decir, no hay una reciprocidad en la resolución de las opciones democráticas como son la pobreza, la impunidad, la desigualdad y la exclusión con el fortalecimiento de la democracia procedimental”.

Recordó, que el principio mismo de la democracia es el gobierno de todos y para todos “y ese para todos no se ha visto correspondido. “Es por ello por lo que hoy nos encontramos frente a un desencanto de la democracia y la posibilidad de que cualquier otro tipo de gobierno o alternativa que se denomine cambio, es posible, así sea una incertidumbre o un salto al vacío”, lamento.

El primer panel de temática regional fue comentado y moderado por el Director General del International Republican Institute (IRI) en México, Patricio Gajardo, quien subrayó que los riesgos y dilemas de la agenda político-electoral en América Latina radican en el péndulo ideológico entre las izquierdas y las derechas, así como en las polarizaciones, las autocracias, el populismo, el rol de los actores políticos, de los medios de comunicación, de la sociedad civil, de la academia y de los grandes capitales.