“Prueba de fuego”

La ambición por el poder en la sección XV del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), uno de los gremios más fuertes de Hidalgo y de México, dejó ver el peor rostro de un grupo de maestros que incurrieron en la descalificación, en la mentira, en las prácticas de guerra sucia a través de todos los medios habidos y por haber para perpetuarse en el liderazgo de esta agrupación cuando la misma tendencia político-democrática lo impide.

Los intereses son muchos, no solo es el poder, es el dinero, es todo lo que se mueve en un sindicato de 65 mil profesores, 50 mil en activo y 15 mil sindicalizados que a lo largo de los años se han ganado un lugar muy importante, y que incluso crearon al Partido Nueva Alianza para entrar al juego electoral y ganarse sus espacios políticos a través de la misma fuerza sindical que les permitió estar al tú por tú con los gobiernos en turno.

No es raro que, en Hidalgo, como a nivel nacional, los maestros defiendan y se muevan para mantener derechos y prestaciones, pero sobre todo se organizan para postular a sus dirigentes, lo malo es cómo en este ejercicio se desdibujan, cómo se atacan, cómo se dividen, cómo se lastima la imagen de lo que son y lo que representan para una sociedad que ayudan a formar a través del conocimiento, de la ética, del respeto y del compromiso social.

La planilla Naranja que hoy al igual que otras tres, busca la dirigencia sindical, utilizó de todo para desprestigiar a Said Vargas Sáenz, de la planilla Blanca, una vez más, atrás quedó la hermandad que unía a la sección XV del SNTE.

El maestro Luis Enrique Morales Acosta, quien entregará la dirigencia sindical al vencedor de las elecciones programadas para este viernes, tendrá que entender que nada es para siempre y menos cuando se traiciona y se olvida que el sindicato de maestros no es propiedad de nadie.

Así que -hoy-, los maestros pasarán por su “prueba de fuego” y lo que venga tendrá que ser necesariamente la reconciliación para que puedan transitar a través de una organización que necesita ajustarse a los nuevos tiempos y donde su tarea fundamental será trabajar para que el nuevo modelo educativo que se pretende impulsar en el gobierno de la 4T no sea un retroceso para México.

Los maestros tienen frente a sí, el enorme reto de hacerse escuchar y coadyuvar en la defensa de una educación incluyente, de calidad, laica, gratuita, universal pero sobre todo, donde el conocimiento sea abierto, sin cortapisas y sin que nadie pretenda aleccionar a una sociedad sobre doctrinas que vean al conocimiento como algo extraño.

Por ejemplo, no se puede permitir que en educación primaria se plantee que los niños deban aprender sobre geografía, historia, artes y música, además de tecnología, innovación, lenguas indígenas y extranjeras, educación física y sexual, pero quedarán fuera español y matemáticas, en un país que no lee y que requiere necesariamente del conocimiento de las ciencias exactas para desarrollar tecnología.

De acuerdo con las cifras oficiales cinco millones de mexicanos son analfabetos, 10 millones no concluyeron la primaria, otros 16 millones no terminaron la secundaria.

Peor aún, cuando nuestros niños y jóvenes que sí están dentro del sistema educativo nacional se enfrentan a las pruebas internacionales, México se va hasta los últimos lugares, es decir, no solo hay rezago escolar grave, hay un rezago educativo brutal que impide el desarrollo de nuestro país, por ello, los maestros tienen que entender que México e Hidalgo, necesitan maestros fuertes, unidos no reducidos en luchas gremiales que dejan ver que ellos mismos requieren regresar a las aulas no solo por más conocimiento general (luego les digo porqué), sino para saber más sobre ética y valores.

También creo que los maestros deberían regresar a sus raíces para que vuelvan a mostrar eso que tanto nos gustaba cuando íbamos a la escuela, maestros que eran todo, hasta psicólogos donde si les importaba la sociedad a la que servían y esa misma sociedad les regresaba el reconocimiento y respeto que se merecían.

En corto

Que quienes ganen en las elecciones de este viernes logren unir a la sección XV del SNTE y que ya terminen con la maldición que arrastran donde las traiciones y las rupturas han sido su «talón de Aquiles».