¿Círculo vicioso o virtuoso?: Migración y desarrollo en América Latina

Migración en América Latina motiva el desarrollo de la región

 

Para los políticos, la migración es un síntoma de que el país no cuenta con un buen desarrollo, pero sorprendentemente podría ser un indicador positivo

Durante 2022 sucedieron algunas de las dinámicas migratorias más complejas y de rápida evolución en México, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM). En ese mismo año, el país registró un total de 444 mil 439 personas en situación migratoria irregular, un incremento del 44 por ciento con respecto al 2021.

La migración ha sido parte de la humanidad desde sus inicios, pero el contexto social, económico y político de América Latina motiva más personas salir de sus países de origen. La dictadura de Nicolás Maduro en Venezuela, por ejemplo, ha orillado a más de 77 millones de personas a salir del país, según datos del el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).

De receptor a destinatario

En un principio, la región latinoamericana era receptora de los flujos migratorios procedentes de Europa. Los conflictos bélicos ocurridos en la primera mitad del siglo XX motivo a los europeos a buscar suerte en el «nuevo continente». Sin embargo, en las últimas décadas América Latina se convirtió en una región de fuerte emigración, particularmente a Estados Unidos, siendo la región que vive de manera más intensa el fenómeno migratorio.

Determinar cómo incide el fenómeno migratorio en el desarrollo de la región es difícil, según Erika Ruiz Sandoval, la doctora en Relaciones Internacionales e Integración Europea. Por una parte, se puede apuntar que la migración es producto del subdesarrollo y desigualdad de la región.

El Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe, indica que el 50% más pobre de la población se lleva el 10% de los ingresos en la zona, mientras el 10% más rico recibe el 55%. Este panorama de desigualdad orilla a millones de latinoamericanos a optar por salir de sus hogares.

Pero también, la migración aumenta cuando el Producto Interno Bruto (PIB) crece o cuando alcanza etapas superiores de desarrollo. Por lo cual, la académica apunta que la creencia de los Estados desarrollados respecto a este fenómeno es errónea, pues las personas no hacen un cálculo de costo-beneficio si se mudan a otro territorio.

Contrario a la creencia popular, la migración internacional no surge de la falta de crecimiento económico y desarrollo, sino del propio desarrollo, inconcluso y desigual. Uno de los factores que contribuyen a subsanar las brechas en la modernización de los países de origen, como las remesas y proyectos de codesarrollo, tienen un papel clave.

Un punto positivo de la migración es que facilita cambios profundos en la economía y sociedad, los cuales pueden considerarse en la categoría de desarrollo. Particularmente, los políticos a nivel internacional han decidido enfocarse en las remesas y su potencial, pues son consideradas como la gran solución para los problemas del desarrollo de los países de migrantes.

Nueva Política Migratoria de México: ¿un paso para una migración más humana?

México es considerado un país de origen, tránsito, destino y retorno de migrantes. En ese sentido, la administración de Andrés Manuel López Obrador desarrolló estrategias y programas para garantizar el principio de la gobernanza de las migraciones.

Como parte de la nueva política migratoria, se incentiva que las remesas se reflejen en proyectos productivos familiares. Asimismo, al ser el sur la región más rezagada y con el mayor número de flujo de migrantes, el gobierno busca recuperar su capacidad de promoción y regulación de la economía, productividad y empleo digno.

López Obrador convocó el Encuentro por una vecindad fraterna y con bienestar para buscar soluciones a los flujos migratorios. La reunión, que contará con la presencia de los mandatarios de Colombia, Cuba, Haití, Honduras, entre otros, se realiza en Palenque, Chiapas, el 22 de octubre de 2023.