Ésta semana se estrenó en cines la película “Avatar, el camino del agua” y todos los pronósticos apuntan a que será un éxito taquillero. Pero ésta no es una columna de cine, así que no hablaré de los efectos especiales, actores, director ni ésos detalles. A mí me interesa la historia en sí, ya que, por lo visto ésos amigos azules, los Na Vi, tienen el mismo problema de nosotros los chanekes (que también tenemos azules, pero habemos verdes, rojos dorados, etc), los humanos y su insaciable sed de poder y control que también está afectado a su planeta: PANDORA.
Pero primero, un poco de cultura, para quienes gustan de ésta sección. ¿Alguna vez te has preguntado qué significa la palabra Avatar? Todos sabemos que un avatar es la representación gráfica que se asocia a un usuario informático, es decir, un dibujito, un personaje que nos representa en los videojuegos, plataformas digitales y redes sociales.
La palabra avatar es de origen hindú, proviene del sánscrito “avatāra” significa descendiente (ava-TṚ : descender) y se refiere a la encarnación terrestre de un Dios bajo apariencia humana, animal, etc. En las películas y series de ciencia ficción, tu representación gráfica, encarnación o “Avatar”, vive por ti en una realidad alterna o bien en un universo virtual. Eso da sentido al nombre de la película. Ya que Jake Sully, es reclutado para viajar a años luz, a un puesto humano en Pandora, donde un consorcio corporativo está extrayendo un raro mineral que será clave en la solución de la crisis energética de la Tierra. Pero él es un joven ex militar, retirado del servicio debido a la parálisis de sus piernas, a consecuencia de una lesión de batalla que le mantiene en silla de ruedas, no puede caminar, no es útil para la batalla.
Debido a que la atmósfera de Pandora es tóxica, se ha creado el Programa Avatar, en el que «conductores» humanos tienen sus conciencias unidas a un avatar, un cuerpo biológico controlado de manera remota que puede sobrevivir en el aire letal. Estos avatares han sido creados genéticamente como híbridos combinando ADN humano con ADN de los seres nativos de Pandora.
Gracias a su avatar, Jake es capaz de caminar otra vez y eso, junto con el hecho de conocer a Neytiri, una bella Na’vi, provoca que disfrute cada vez más de su apariencia alienígena y menos de la humana. Poco a poco, será aceptado en la tribu y estrechará lazos con las criaturas, mientras los humanos esperan informes de la misión y se preparan para entrar en batalla con los Na’vis, lo único que se interpone entre ellos y el codiciado mineral.
Eso me lleva a lo que les quería comentar; nótese como los humanos, a pesar de ser año 2154, siguen comportándose exactamente igual: invadiendo y devastando planetas con tal de satisfacer sus necesidades a corto plazo, en éste caso ENERGÍA. Todo indica que ésta especie nunca aprenderá a comportarse, a respetar otras especies, a enlazarse con el ambiente para vivir en armonía.
Los Na Vi se “conectan” con las otras especies de su planeta ( lo cual se vuelve literal, cuando los guerreros juntan sus trenzas con las de sus dragones, a manera de cables). Los cazadores Na Vi, le piden disculpas a su presa por tomar su vida. Los Na Vi se reúnen para orar y venerar a u árbol sagrado. Ellos son los que terminan aceptando a Jake Sully, quien, en la tierra era un soldado olvidado, un relegado.
Los humanos de hoy en día, a diferencia de sus ancestros, que nosotros los chanekes conocimos, prácticamente no hacen nada de eso. Pero tu podrías volver a ser como ellos, ojalá que cuando veas la película (que seguramente lo harás), te cautive más la historia que los efectos especiales.
Me despido por hoy, esperando quieran leerme la siguiente semana, para contarles de un amigo verde y de sus nuevas costumbres navideñas.
Chaneke verde chanekeverdepachuca@gmail.com
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