El peligro de redactar comunicados sobre las rodillas en un vuelo de Viva Aerobús camino a Tapachula entre mole y tequila es que no se cuenta con el historial de la SRE, que para eso sirve. Y por tanto se omiten algunos datos históricos que son bastante importantes y esclarecedores. ¡Caramba señor presidente! Queda claro que lo suyo es la confrontación, la poca sutileza y diplomacia habría que recordar que “lo cortés no quita lo valiente”.
Analicemos:
1.- El Parlamento Europeo tiene 705 miembros, electos todos por sufragio universal desde 1979. En él están representados los principales grupos partidistas de la Unión Europea. Tiene la facultad de aprobar tratados, de defender la democracia y los derechos humanos, y de vigilar el cumplimiento de los acuerdos firmados por la Unión.
En otras palabras, López Obrador insultó (“borregos”, “no leen”) a más de 700 parlamentarios electos, entre ellos a los socialistas alemanes, franceses, españoles, portugueses, daneses, italianos y demás, junto con grupos de extrema izquierda como La France Insoumise, Syriza, 5 Estrellas, el Partido Comunista Portugués, etc… Algunos de estos últimos se abstuvieron en la votación sobre México; la inmensa mayoría de los integrantes de la bancada socialista votó a favor.
El Parlamento Europeo ratificó en 1997 el Acuerdo de Asociación Económica, Concertación Política y Cooperación con México. Éste se encuentra en vías de sustitución por un nuevo acuerdo global actualizado que también deberá ser ratificado por el Consejo Europeo, el Parlamento Europeo, y luego por los 27 parlamentos nacionales en su caso. Después de la diatriba obradorista, veremos qué sucede. Por lo pronto, enajenó a sus mejores aliados en Europa y puso en peligro el nuevo acuerdo. Me queda claro que el presidente López Obrador no analiza la globalización del siglo XXI a la que estamos sujetos; para él la mejor política es la nacional, la local, no hay más allá de las fronteras incluso él mismo lo ha reiterado.
Pero, sobre todo, viola el espíritu y la letra del de 2017. Éste, al igual que el nuevo, contiene una cláusula democrática, que le encarga justamente al Parlamento Europeo la revisión y discusión de la situación de la democracia y de los derechos humanos en México.
2.- Basta recordar la historia puesto que el “Nunca mandamos armas a nadie” es totalmente falso. Lázaro Cárdenas envió armas a la República Española, Ávila Camacho mandó al Escuadrón 201 al Pacífico; López Portillo les entregó dinero a los sandinistas para que compraran armas durante la guerra de Nicaragua en 1978-1979.
3.- El Parlamento Europeo mantuvo un “silencio cómplice” frente a agravios anteriores: falso. Incluso emitió resoluciones sobre la rebelión en Chiapas en enero de 1994; de nuevo sobre Chiapas en enero y febrero de 1995; sobre Chiapas y Aguas Blancas en julio de 1995; sobre asesinatos de mujeres en México y Centroamérica en octubre de 2007; sobre la escalada de violencia en México en 2010; y sobre Ayotzinapa en octubre de 2014.
Por último, el ninguneo a la Secretaria de Relaciones Exteriores que obvio, no es la primera vez. Todo indica que no sólo el canciller Marcelo Ebrard no recibió el encargo de redactar el texto, sino que no fue consultado, ni siquiera avisado de su divulgación. ¿Trató Ebrard de proponer una postura alternativa? ¿Se negó a firmar ésta? ¿Qué valor tiene la palabra del titular de la SRE cuando es tan evidente su marginación de las principales decisiones de política exterior?
Una vez más quedo demostrado que al presidente López Obrador lo que le interesa es sentirse el Benito Juárez del siglo XXI. Que urgencia estar a la par de los héroes nacionales eso en verdad es lo suyo, lo que busca el señor presidente es o volverse mártir o pasar a la historia como un ser excepcionalmente patriota que merece un lugar en el panteón cívico de la historia al lado de los próceres de la patria.
Lo busca, lo anhela, lo desea y en esa búsqueda olvida que en pleno siglo XXI el mundo ha cambiado y no se puede quedar al margen se debe apostar a nuevas formas de hacer política.
¿Tú lo crees?… Sí, sin duda estar a la vanguardia.