roberto cienfuegos

En verdad, verdad, señora jefa del gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, díganos la verdad y sólo la verdad: ¿No está usted pensando en el 24? ¿No la tienta en absoluto la gigantesca e inmejorable oportunidad que tiene usted de convertirse en Presidenta, la primera presidenta en la historia de México? ¿En serio, díganos usted si no le atrae la probabilidad de suceder al presidente Andrés Manuel López Obrador? ¿A poco no, para nada?

Si con apego a la verdad y únicamente la verdad, Usted dice que ni siquiera le ha pasado por la cabeza la posibilidad, cierta, real, de alcanzar la Primera Magistratura del país, entonces sí, creeré sin ninguna duda, la declaración que hizo usted este jueves día último de septiembre, de “yo no sé quien está pensando en el 24”.

Es cierto que usted y su equipo tienen muchas cosas por hacer en la Ciudad, como también dijo usted, respetable Doctora Sheinbaum. También es cierto seguramente que tiene para usted como “un gran honor” que el presidente López Obrador respalde el trabajo que está haciendo, igual que usted y su equipo apoyan el trabajo del gobierno que encabeza el mandatario.

Allí usted dice toda la verdad y sólo la verdad. Eso me queda claro. Le creo absolutamente.

Pero donde se tuerce la cosa es respecto a su declaración de que quien piense en el 24, pues no sé -dijo usted- qué está pensando.

Repito, ¿en serio no piensa usted en convertirse en la abanderada presidencial de Morena y más tarde en la primera presidenta de México si los electores la respaldan? Si Usted no piensa ni mucho menos ha pensado en eso, entonces soy yo quien no sé en qué está usted pensando. Además de una mujer científica formada en la UNAM, usted es una mujer perteneciente a la política de México desde hace ya varias décadas, incluso casi desde que usted ingresó en la UNAM. Usted ha labrado una carrera predominantemente política y cada vez menos asociada con la ciencia, aun y cuando utiliza sus conocimientos científicos para gobernar la Ciudad de México. Ni duda cabe. Y qué bien que lo haga así.  Pero usted también ya ha gastado seguramente muchas suelas de zapatos en la política de México, y hoy cuenta -usted lo sabe sobrada y excesivamente- nada menos que con el respaldo del presidente López Obrador, quien una, otra y otra vez, la ensalza, la elogia muy por encima de cualquier otro funcionario del gobierno de la Ciudad de México y aún del federal. Es más, el presidente ha dado evidencias sobradas de que Usted es su preferida y que está apostando a Usted para dejarla en Palacio Nacional una vez que él se vaya a Palenque. Y usted lo sabe también sobradamente. Así que no diga que no ha pensado siquiera una vez en relevar al presidente y tomar su lugar ya sea en Palacio Nacional o en el sitio que usted disponga si es que gana las elecciones del 24 y antes claro la postulación de Morena.

Usted sabe que goza del respaldo del titular del Ejecutivo y aún de su afecto personal total. Usted lo sabe. También debe saber y estoy seguro que lo sabe, que si usted pierde la enorme oportunidad que ahora tiene, será muy difícil, casi imposible, que se repita la circunstancia que se abre hoy para Usted. ¿No lo sabe? ¿No ha pensado usted siquiera un minuto en estas cosas?

Usted también sabe que enfrentará, de hecho ya lo hace, a competidores duros por la presidencia del país como el canciller Marcelo Ebrard y el senador Ricardo Monreal, con éste último con quien por cierto se acaba de reunir en presencia del titular de Gobernación para conciliar y evitar una lucha a cuchillo por lo menos en lo que se formaliza la carrera que ya inició por la sucesión.

Entiendo que no quiere desbocarse y asumir abiertamente sus expectativas políticas. Pero también sé que está trabajando con denuedo para hacerse de la candidatura presidencial. Es más, le sugiero con todo respeto que considere unas horas al menos de descanso por semana. Le harán bien y podrá servir mejor a sus gobernados. No es bueno, señora mandataria capitalina, eliminar el descanso, aunque sea corto. Usted tiene en su agenda largas y extenuantes jornadas de trabajo. Repose un poco, al menos una vez a la semana. Decían las personas de antes que el descanso también es alimento.  Tómelo en cuenta, le sugiero con total respeto.

Ah, otra cosa. De voz a sus asesores y escúchelos. Usted pudo evitar de varias formas decir lo que dijo sobre que no sabe en qué están pensando los que piensan en el 24. Sobró el comentario, y nadie, nadie -le aseguro- cree que usted no esté pensando en convertirse en la primera presidenta de México si todo sale como seguramente quiere usted, quiere el presidente y quieren muchos de sus seguidores. Nadie.

 

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