· Todo bajo control, Adán Augusto
· ¿Hubo rebelión contra el Señor X?
Algo puede haber algo menos podrido en Dinamarca, o ¿es la pura zalamería de los hipócritas? No lo sé, pero parece que algo cambió, algo se serenó en la oposición. ¿Por interés? ¿Por estrategia?
Los panistas pidieron chichi, como dicen los habitantes de mi datcha. Guiados no por su jefe nacional, Marko Cortés, sino por el experimentado abogado Santiago Creel, se arrimaron a Bucareli 8 para solicitarle a Adán Augusto López Hernández, secretario de Gobernación un encuentro con el presidente de la república. Un buen síntoma para la salud de las relaciones económicas y sociales de los mexicanos, aunque he de ser sincero. No confío en los panistas. Son de los que lanzan la pedrada y esconden la mano. O los que pulsan el timbre y salen corriendo para que el vecino no los descubra.
Por su lado, los priistas del viejo régimen cambiaron su denominación de origen. Ahora borraron la expresión centro derecha en sus documentos y se declararon de centro izquierda, lo que los obliga por razones históricas a apoyar la contrarreforma energética de López Obrador para nulificar la de Peña, alumno malcriado de Carlos Salinas de Gortari, quien intentaba acabar con la Comisión Federal de Electricidad y entregar todo a las empresas privadas, sobre todo extranjeras.
Los empresarios, los más grandes, los grandotes de los grandotes, los machuchones como dicen los tabasqueños, comenzaron un diálogo que, siendo optimistas, podría significar un buen cambio en las relaciones del poder público con el poder empresarial. No lo sé. Quien diga que lo sabe, no sabe que no lo sabe.
Los galanazos y galanazas del empresariado, sindicados en el Consejo Mexicano de Negocios (ya no le ponen “hombres de negocios” porque hay una mujer en sus filas), encabezados por Antonio Del Valle Perochena, su presidente, y – ¡no lo va a creer! – el padre del Señor X, la fuente de financiamiento mal habido para los partidos otrora opositores a ultranza, Claudio X. González Laporte, presidente del Consejo de Administración de Kimberly Clark, dispuesto al diálogo con el “despreciable López”.
Los magnates dejaron el odio a las puertas del museo Kaluz y se sentaron a hablar con el señor Presidente (ahora sí “señor”, cuando siempre se refieren a él como “Lopitos”.)
Pues lo más granado del empresariado de pompa y circunstancia fue al Museo, a un encuentro con su archienemigo. Y varios magnates ofrecieron disculpas al Primer Mandatario por la forma con la que lo han tratado y referido de él. Un buen acercamiento con el gobierno de la 4T.
Perdieron tres valiosos años partidos de oposición y magnates de la iniciativa privada. Vamos a ver si los otros tres años son suficientes para rehacer en parte el tejido de las relaciones empresarios-sector público. ¿Una nueva era? El tiempo, de aquí a febrero, lo dirá. Para entonces esta propuesta la primera etapa de mesas de trabajo entre los panistas y los estrategas del gobierno federal. López Obrador dijo ya que invitará a los priistas. Del PRD no se dijo nada. Es absolutamente irrelevante ese despojo de lo que una vez fue la izquierda mexicana. Ahora coquetean con quien se deje. Como lo hace Porfirio Muñoz Ledo…
Llama la atención el silencio de los financiadores de la oposición; de los sonsacadores, de los sancamilotes de Marko, de Alito, de Chucho. Claudio X. González jr. y Gustavo de Hoyos. Qué opinan del acercamiento del PAN y del empresariado de altos vuelos, entre los que se encuentra su padre, dándole la mano a su mayor enemigo, a quien el Señor X tenía planeado sacar de Palacio Nacional en el 2024 a López Obrador.
Dejemos que corra el tiempo. Ahora estamos entrando en un periodo de relajamiento, vacaciones escolares de los infantes, de los maestros; fiestas (ayer jueves 16 comenzaron las muy mexicanas “Posadas”, de las que espero ningún contagio de covid-19 y que el Ómicron se mantenga lejos del trago, de los buñuelos y del ponche de frutas.
Esperáremos que haya cambios profundos en la vida de los mexicanos; cambios para bien, para acabar con la exclusión, con la discriminación, con el odio político; para acabar con la confrontación de todos contra todos.
López Obrador se ve feliz y aparentemente le tienen sin cuidado las críticas, los cuestionamientos, las diatribas de periodistas, de seudo periodistas, de locutores, de las voces de la derecha reaccionaria. Como dijimos ayer: Ahora tiene la sartén por el mango.