Otra vez China; alta temperatura

· Delta hace estragos en el continente asiático

· La OMS urge a los ricos a despojarse del ego

La variante Delta del SARS-Cov-2, que ha estado haciendo estragos en el mundo occidental, sorprendió este miércoles 4 de agosto a la China continental, reportaron los corresponsales de agencias internacionales de noticias destacamentados en Beijing.

Cuentan que los brotes de covid-19 ahora comenzaron a darse en toda la nación y las autoridades sanitarias creen que son parte del rebrote más grave del coronavirus en China desde que comenzó la pandemia, hace un año y medio. Estos rebrotes provocaron medidas severas de aislamiento social de una ciudad y sanciones a sus autoridades locales.

Con controles estrictos en las fronteras, distanciamiento social y medidas de confinamiento tuvieron que implementarse para sofocar los focos de infección.

Las medidas de protección se hicieron más rígidas. Por lo menos 17 provincias estarían en alerta por 71 nuevos casos de contagios. En Wuhan, donde a finales de 2019 se dieron los primeros casos del virus, las pruebas masivas revelaron que los nuevos casos son similares a los de la provincia de Jiangsu, provocados por la peligrosísima variante Delta, que hace unos meses fue identificada en India.

En la ciudad de Zhangjiajie, en una zona célebre por sus precipicios de piedra caliza, cavernas, bosques y cascadas que inspiraron el paisaje de las películas “Ávatar”. En esa ciudad, las autoridades se vieron en la imperiosa necesidad de aislar los barrios residenciales y prohibir a la gente salir de casa. Desde el martes pasado, nadie puede salir de la ciudad.

Por otro lado, la Organización Mundial de la Salud pidió a sus países miembros una moratoria a las dosis de refuerzo de la vacuna anti covid-19 al menos hasta fines de septiembre. Lo que la agencia de la ONU busca es lograr la inmunización de un mínimo del 10% de la población de cada país. De los 4,000 millones de dosis administradas hasta hoy, el 80% ha sido en países de ingresos altos y medios. En las naciones pobres, la tasa de vacunación es de apenas 1,5%. El G20 debe darle prioridad al COVAX, dice el director general de la agencia de salud.

“Entiendo la preocupación de todos los gobiernos por proteger a su población de la variante Delta. Pero no podemos aceptar que los países que ya han usado la mayor parte del suministro mundial de vacunas contra el COVID-19 sigan administrando más dosis mientras que las personas más vulnerables del planeta siguen desprotegidas”, dijo este miércoles el titular de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

En su conferencia de prensa semanal, Tedros Adhanom Gebreyesus recordó que en mayo había solicitado apoyo internacional para impulsar la vacunación a nivel global con la meta de que cada país hubiera vacunado a un mínimo del 10% de sus habitantes para fines de septiembre y lamentó que, a estas alturas, con más de la mitad del plazo transcurrido, no se haya avanzado lo suficiente hacia ese objetivo y menos todavía hacia el propósito de que ese número llegue a 30% al término de este año.

“En consecuencia, la OMS pide una moratoria a las dosis de refuerzo al menos hasta finales de septiembre para permitir que al menos el 10% de la población de todos los países esté vacunada”, puntualizó el director general de la agencia sanitaria de la ONU.

En mayo, los países de renta alta habían administrado unas 50 dosis por cada cien personas, una cifra que casi se ha duplicado de entonces a la fecha.

Tedros indicó que hasta ahora se han administrado más de 4000 millones de dosis de vacunas COVID-19 en el mundo, el 80% de ellas en los países de ingresos altos y medios, pese a que en ellos vive menos de la mitad de la población global.

“Aún así, algunos países ricos están considerando aplicar dosis de refuerzo aunque haya cientos de millones de personas esperando tener acceso a una primera dosis”, recalcó.