La lista del señor «X»

patricia gonzalez

¿En la actualidad seguimos replicando los valores fascistas? ¿Lo vemos en nuestra realidad mexicana? ¿De qué formas?

Hay que remontarnos a uno de los eventos más atroces de la humanidad: la Segunda Guerra Mundial. En 1939, a inicios de la guerra, ya se contaba con una lista de judíos, homosexuales y personas con discapacidad, quienes eran seleccionados para ser asesinados en los diferentes campos de concentración de Europa. Uno de los más temidos, Mauthausen, en Austria, llamado el campo de no retorno.

Hay que recordar que el antisemitismo no es un invento de Hitler. Desde la Edad Media está registrada la aversión ante los judíos, quienes fueron víctimas de discriminación, persecución y linchamiento a menudo por motivos religiosos, asimismo, se les prohibía a los judíos ejercer ciertas profesiones.

La aversión hacia los judíos por parte de Hitler, es un tema que a la mayoría de las personas les intriga. En el libro de Javier Cosnava, El Pequeño Adolf y los Demonios de la Mente, se habla del porqué Hitler era antisemita, y se debía a la vergüenza de poseer en sus venas descendencia judía. Existen otras explicaciones no comprobadas, como el incesto de su padre Alois Schicklgruber, lo cual probablemente le provocó una mente psicópata. Ese odio antisemita lo padeció desde muy joven, hasta manifestar el deseo de matar a todo judío que se le cruzara en su camino. Cuando Adolf tomó el poder en Alemania, demostró que disfrutaba del dolor, de la impotencia, de la irascibilidad y de la tristeza de millones de judíos que observaban morir a sus familiares a causa de fusilamientos, asfixia en las cámaras de gas, inanición, sed, experimentos crueles, enfermedades, congelamiento, entre otros.

Por desgracia, Hitler no era la única persona con esos deseos macabros, pues junto con sus compañeros Mengele, Goebbels, Himmler, Göring, Stalin, Hess, etc., documentaron una lista de la cantidad de personas a las que se les iba a asesinar. Las listas fueron destruidas al término del genocidio en 1945, por colaboradores del mismo Ferrer. Actualmente existe el Registro de Hartheim, un documento encontrado en el año de 1945, en un centro de exterminio, donde asesinaban a los alemanes con patologías duales mentales o físicas a través de un gas venenoso. Este formato explica aproximadamente la cantidad de muertes en cada campo de concentración y la forma de homicidio.

Esta parte de la historia me hizo recordar la famosa lista del señor X. Aquella lista negra con nombres en círculos rojos de las personas que apoyan y alientan al gobierno de López Obrador. Ese registro es bastante similar a la que hacían los nazis para ejecutar a las personas que les parecieran un objetivo para la ejecución; en ambos casos, quienes no estén de acuerdo con su corriente de pensamiento, deben ser eliminados.
En pleno siglo XXI y con la Cuarta Transformación, se tiene la libertad de expresión, de reunión y existe un pleno respeto a la soberanía de los pueblos. La lista del señor X sólo nos regresa al autoritarismo dictatorial y totalitario. Hoy México es referente de una democracia transparente y libre que goza de herramientas, así como de estrategias de participación ciudadana gracias al Presidente de la República.

Por cierto: #QueMeAnotenEnLaLista