El regreso del capitán Planeta l Capítulo 12: ¿Y Kwuame?

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Finalmente la velada de confesiones había terminado. Los efectos del Jet Lag se hacían evidentes, principalmente en Yi, quien, técnicamente llevada 34 horas sin dormir. Para cuando despertó, eran casi las 3 de la tarde, tiempo local.

Estaba algo desorientada, intentando recordar lo vivido en las últimas horas, estaba tan cansada que ni siquiera recordaba cómo había llegado a la habitación, mucho menos sabía dónde estaban sus compañeros. Así que decidió ducharse en el baño de la habitación, la cual era tan lujosa como la de cualquier hotel cinco estrellas.

Cuando salió de la habitación, el hambre le hizo preguntar a la primera empleada que encontró, la localización de la cocina, a donde fue conducida con amabilidad, puesto que era invitada de honor, según le hicieron saber.

-¿ Que desea comer señorita Yi?- le preguntó la cocinera.

– Mi nombre no es…- comenzó a hablar, pero decidió no revelar su verdadero nombre, ya que no sería necesario, seguramente el señor Anderson, había dado la indicación de que le llamasen Yi- Olvídelo, solo quiero café, fruta, algo de pan. Soy vegetariana, ¿sabe?

– Lo sabemos, el señor Anderson, ha mandado pedir raciones extras de frutas y verduras, ya que también la señorita Linka es vegetariana. Tenemos indicaciones de servirles la comida que deseen, así que les preparemos todo como lo indiquen. ¿No se queda con hambre señorita?¿ Como puede vivir sin comer carne?

– Pues, uno se acostumbra, verá, de donde yo vengo, la mayoría de los alimentos son preparados con pescados y mariscos, pero tenemos mucha más variedad de comida vegetariana que los países occidentales, así que no me ha sido tan difícil.

– Ahora veo porque se mantiene tan joven y tan delgada- continuó la charla la cocinera- que envidia. ¡No creo que tenga más de 40 años!

– jajaja, señora, favor que me hace, en realidad, pronto cumpliré 60 años. Oiga, ¿habrá visto usted a Linka y a Wheeler?

– ¿Wheeler?

– El señor  Robinson, quise decir.

– ¡A si, el norteamericano!, desayunaron aquí ésta mañana. Se ve que le gusta su amiga rusa.

– jajajajaja- río aún mas fuerte Yi, disfrutaba tanto la charla, que bien podía pasar todo el día con ésa cocinera, si no tuviera una misión que cumplir- No es rusa, aunque nació cerca de ahí, en Ucrania, cuando todavía existía la Unión Soviética…

– “La unión Soviética…”- dijo en un suspiro entrecortado Linka-  Buenos días dormilona, ¿Qué tal pasaste la noche?

 

-Bien, dormí muy bien. Me perdí completamente. Apenas y recuerdo lo que hablamos anoche- Pero creo que con éste café, mi cerebro se  terminará de despertar.

– ¡Es de Colombia! – interrumpió alegremente la cocinera.

– Anoche Steve nos contó como obtuvo el ani…- se detuvo Linka, quien consideraba ésa información como confidencial y no quería que nadie más supiera al respecto-

– ¡El anillo mágico!- volvió a interrumpir la cocinera- vaya que ha venido a cambiar todo por aquí. Steve lleva una semana sin comer carne, dice que los pollos del corral que está en el patio trasero le han preguntado ingenuamente por otros pollos a los que ya no han visto. Y que casi llora al pensar que se los comió. Yo misma comienzo a sentirme mal por haberlos matado. He estado pensando en volverme vegetariana, pero la verdad es que no me lleno con verduritas. Y no solo eso, el muchacho se la pasa hablando con todos animales que se encuentra, platica con los perros callejeros, con las palomas, las cucarachas y hasta con las ratas, quienes están enojadas con todos nosotros porque no las dejamos comer nada. Y fíjese que…

-Perdone señora, pero debo llevarme a la señorita Yi para hablar en privado- “¿Por qué todo el mundo en ésta casa tiene de hablar tanto, tienen que se tan comunicativos?”, pensó  Linka.

– Hola Linka- alcanzó a oír, al tiempo que sintió una mano suave tocando su espalda, no imaginaba a quien vería al voltear…

-Buenos días…¿Quién es usted?- preguntó a la desconocida que encontró frente a sí al voltear, era una mujer de mediana edad, morena y delgada, de cara alargada, con nariz aguileña.

-¿¡Nan- Yi, eres tu!?- La efusividad de Yi, quien corrió a abrazar a la extraña,  le resultaba insoportable- ¡Apenas y te reconozco, que bien te ves! ¿Cómo estás?

– Hola Yi, me da gusto verlas- dijo en un atropellado inglés, mezclado con español, que resultaba casi imposible de entender- Steve encontró en anillo de Ma-Ti, ¡es un milagro!

Las lágrimas comenzaron a escurrir por su rostro, seguramente el recuerdo de su difunto esposo asesinado el día de la boda, había regresado para atormentarle.

– Amo a Steve. Amé a Ma-Ti. Le enseñé a amar a los animales y la naturaleza, como lo habríamos hecho Ma- Ti y yo. Y ahora que él tiene el anillo, me siento muy orgullosa y feliz, es como si Ma-Ti renaciera en Steve, para continuar su misión…- el llanto le impidió continuar…

-Tranquila, Nan- Yi- le consoló Yi, mientras Linka las observaba conmovida, pero manteniendo la distancia.

– Steve dice que será un planetario- continuó- y que se van mañana.

-¿Mañana?¿ A donde?¿ por que?, Linka. ¿Que no me has contado?

-Hace unas horas, Wheeler y yo platicamos, decidimos ir a Miami, todos juntos, incluyendo a Steve, para recoger el anillo y re- organizar el equipo

-¿Y Kwuame?

– Steve pensó en hacer un video en tik tok, donde platica en “idioma perro” con Mané, cuentan chistes y se ríen, es muy divertido, la verdad, así que espera que se haga viral pronto. Jamás pensé que los perros pudieran entender chistes, pero todo indica que sí, se le notaba en la sonrisa. Siempre pensé que esa “sonrisa de perro”, no era más que una mueca para socializar, pero descubrí que es una risa real, con sentido y todo. Inclusive Steve tradujo algunos chistes de Mané, de “idioma perro” a inglés. En fin, decidimos poner el cartel con el que nos reunieron en el aeropuerto, ése que tiene el logo del equipo junto a otro cartel que dice: “Kuame, escríbenos“ y la dirección de correo electrónico de wheeler.

– ¿Qué buena idea!

-La verdad es que no lo creo, pero no hay más opciones. –de nuevo el escepticismo manifiesto de Linka-  ¿Qué tal que alguien más reconoce el logo y nos encuentran? Dejamos muchos enemigos.

– Tonterías Linka, eso fue hace 30 años, si nosotras estamos viejas, ellos, seguro ya se murieron, nadie recuerda el logo, ¿Quién lo va a asociar? ¿Qué malo podría pasar?

 

Continuará…

 

Chaneke verde

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