Todos se quedaron sorprendidos ante la revelación de identidad de Gaia, nadie esperaba que aquella muchacha fuese la encarnación de una Diosa.
– Perdiste la fe con la muerte de Ma-Ti- comenzó a decir Gaía-Xóchitl y al decir ésto le echó una mirada al difunto planetario – el poder del viento te va a dejar de pertenecer poco a poco, conforme tu fe se vaya acabando, pero éso puede esperar, hay una eco-emergencia, la cual combatiremos juntos, los nuevos y los viejos.
No sabían que esperar, los antiguos planetarios, se sentían fuera de forma, habían pasado muchos años. Y los nuevos, no sabían exactamente que hacer. Gaia no se movió, sino que cerró los ojos y dijo:
–Es en Perú, un derrame de petróleo, un terrible accidente, ¡vamos, no hay tiempo que perder!
De pronto, comenzó a temblar el suelo, en el cuál se abrió una grieta y una montaña de cristal emergió de ella, la montaña de cristal siguió elevándose durante más tiempo, tras el cuál Gaia dijo
–Vamos a la cámara de cristal-
-¿Qué es la cámara de cristal? Digo, ¿ahí qué hacemos? Son juegos, ¿verdad? La naturaleza nos ocupa, ¿Por qué jugaríamos ahora? – preguntó Steve
-No, no son juegos y es la habitación de Gaia, ahí nos dice la misión y nos muestra imágenes de lo que pasa- dijo Linka, con su acostumbrado malhumor.
Todos obedecieron y se metieron en la montaña, que parecía ser aún más grande por dentro. Ahí había una pantalla grande que mostraba un barco estrellado con una roca, del barco comenzaban a salir chorros y chorros de petróleo, el cual volvía el agua de un color negro. Al ver ésto, los planetarios quisieron ir de inmediato, pero otro temblor hizo que se detuvieran. Salió otra grieta, de la cual salió una pequeña nave amarilla, eléctrica que aparentemente funcionaba con paneles solares, la familiar nave que una vez había cruzado el cielo azul a una velocidad increíble, con los originales planetarios a bordo. Steve corrió a meterse rápidamente, Bakhit comenzó a acercarse lentamente y con cuidado, como si la nave lo fuera a tirar en cuanto se subiera. Más despacio, con lágrimas de nostalgia en los ojos y platicando entre sí, se subieron Yi y Linka. Tras ellas, entró Gaia, riéndose en secreto al ver como lloraban Yi y Linka.
La nave comenzó a hacer un estruendo como de bocho, y se detuvo. Una vez más intentó arrancar, comenzando a flotar. Pronto se elevó y comenzó a volar directo hacia Perú. Saliendo de la cámara de cristal, todos tuvieron una reacción diferente.
– Recuerdo ésta nave Gaia, subir a ella era una algo hermoso, podíamos surcar el cielo a una velocidad inimaginable. Nada que ver con los tiempos en que teníamos que caminar por horas y horas- dijo Yi.
-Le tengo miedo a la velocidad de esta nave-gritó Bakhit y comenzó a gritar fuertísimo, como si quisiera que todo el mundo se enterara.
-YUUJU- grito Steve, alzando las manos y piernas hasta casi tocar el techo de la nave.
-Como extrañaba esta sensación, por fin algo cómodo- dijo Yi, recargando la cabeza en el asiento.
-Es increíble que pueda soportar un viaje con un miedoso tan gritón- dijo Linka comenzando a dormirse, pero después de todo, estaba muy cansada por todo lo vivido el último mes, que le sería fácil relajarse.
– Había olvidado que durante algún tiempo, tuvimos todas éstas comodidades y tecnología para enfrentar los peligros- comenzó a hablar Wheeler. Ni el mejor jet de nuestros tiempos, se le puede comparar. Pero dinos Gaia, ¿porque ahora tenemos la nave y antes no?
– Por que estás teniendo fe, Wheeler. Vuelves a creer- le respondió Gaia
– Cierto, además, muchas de nuestras misiones de ése tiempo fueron de encubierto, no queríamos llamar la atención.
– Ésta misión es diferente, no hay tiempo para ser discretos y usar medios de transporte humanos convencionales como tu Jet privado. Ésta playa nos necesita urgentemente.
Aunque tardaron menos de una hora en llegar hasta Perú, el tiempo pareció eterno, debido a los gritos de Bakhit y a los ronquidos largos y sonoros de Linka.
– Dime Gaia, ¿cómo es que tomaste el cuerpo de ésta humana? ¿Qué pasó con su alma? ¿Se la devolverás?
– Su alma ya se encuentra en otro plano. Su cuerpo estaba muy enfermo, padecía una especie de cáncer, conocido entre los médicos como leucemia. Sus padres habían agotado todos sus recursos en diversos tratamientos médicos, estaban devastados, vivían muy tristes viendo como su niña moría lentamente. Buscaban consuelo a sus propias almas, a la vez que pedían a los antiguos dioses por el alma de su hija, por eso participaban en rituales diversos como los temazcales. Y como siempre has sido amantes de la naturaleza, fieles a mí, les propuse un trato: tomaría el alma de la niña y la llevaría a descansar, a cambio de tener un cuerpo para poseer y poder estar entre los humanos. Ellos aceptaron, así que me adoptaron como su hija. De no ser por éste trato, ellos ya no tendrían hija, ella hubiera muerto hace varios años. Ahora ellos tienen una hija, una brillante chica que lucha por el planeta, saben que no me interesa tener un título universitario, dinero, novio, hijos humanos ni nada, aceptan que no soy una “chica normal, con una vida normal”, soy Tlaltecuhtli viviendo en el cuerpo de su hija; el cual tengo que cuidar, no ha sido fácil puesto que debo alimentarlo, vestirlo, asearlo y demás cosas que los dioses no hacemos. Por si fuera poco, he tenido que adentrarme en el mundo de las muchachas de éste tiempo, mezclarme con ellas. Me costó trabajo eso de entender las redes sociales y manejar plataformas digitales. JAJAJA, hasta he tenido que despreciar a algunos chicos que han querido ser mis novios. Jajajaja. Sé que les resulto atractiva y se “ sacan de onda “, como dicen hoy en día, cuando les digo que no me interesa tener novio, que mi cuerpo envejecerá como el de cualquier otro humano y que me queda poco tiempo para cumplir con mi misión en la Tierra. Los humanos suelen no pensar a futuro, solo ven el presente, no entienden de la eternidad…
La explicación fue interrumpida, puesto que pronto arribaron a su destino. La nave aterrizó como por arte de magia y efectivamente todo era un caos, una enorme mancha viscosa y negra cubría gran parte de la playa y los lugareños simplemente miraban sin hacer nada
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-Corazón- gritó Steve sin pensarlo, acercó el anillo a su frente y un rato después, tras concentrarse un poco dijo – los animales están asustados y enfermos, hay que hacer algo y rápido.
-Agua- gritó Yi, tras lo cual una ola gigantesca empujó a los animales lejos del petróleo.
-Tierra-gritó Bakhit, haciendo un círculo de rocas que delimitaban el petróleo.
– ¡Viento!- gritó Linka, pero el anillo solo parpadeó- ¿Qué? No es posible- dijo sorprendida, sacudió la cabeza y, cerrando los ojos repitió el grito- ¡Viento!
– ¡Así no! dirijan sus poderes al centro, ¡reúnanlos!- los planetarios siguieron sus órdenes y fue así como apareció el Capitán Planeta, para llevarse el petroleó a las profundidades de la tierra, donde debe de estar.
Continuará…
Chaneke verde