Viaje a la Huasteca

chaneke verde

ANGEL CANO. Conforme los días pasan el consumismo nos atrapa día a día, el límite lo ponemos nosotros mismos, así le pasó a Julián el día que se dio cuenta a donde iban los empaques; la basura de todo lo que consumía, entre alimentos, artículos personales y cosas que le gustaba comprar para disfrutar un momento con los amigos y familiares o él solito en la comodidad de su hogar.

Un día Julián decidió salir de vacaciones por 15 díascompletos, nunca lo hace, todo el tiempo está encerrado en su casa y en el trabajo, toda su vida se desenvuelve en el lugar donde nació, nunca había tenido la oportunidad de salir y visitar otros lugares, a veces por su condición económica, otras ocasiones por reuniones o compromisos familiares o porque simplemente no se le antojaba salir a pasear.

En esta ocasión su recorrido iniciaría en San Luis Potosí visitando parte de la Huasteca Potosina, de ahí se iría hacia Veracruz, a la playa; era un viaje largo y con muchas actividades, muy emocionado estaba Julián. Su transporte sería su querida motoneta, aquella que con tantos abonos chiquitos en Elektra había terminado de pagar, sentía deseosde liberar su espíritu aventurero y experimentar la emoción que prometen las actividades de ecoturismo que vio en internet y de las que tanto le han platicado algunos de sus amigos. Había visto fotos hermosas de lugares paradisiacos que le llamaba tanto la atención conocer que no lo pensó más y se lanzó a la aventura.

El día planeado para salir, se subió a su moto junto con su mochila de viaje…llevaba lo básico y ligero pues las vacaciones pintaban a días calurosos. Su primera parada seria Tamasopo, vería el río que recorre parte de la Huasteca Potosina. Su tiempo de viaje estaba calculado para 6 horas, tomando en cuenta su hora de comida. Él esperaba ver paisajes verdes y llenos de maleza, así que se fue por la sierra, por todos los caminos federales, porque le habían dicho que estaban más llenos de colorido y de cosas por conocer, que los caminos de autopistas.

De principio encontró paisajes secos y algunos incendios forestales, posteriormente fue encontrando paisajes másverdes, pero con manchones de árboles, arbustos o plantas secas, los cuales le quitaban lo verde que él había imaginado, y pensó que habían pasado años de lluvias escasas. En el camino vio en las montañas marcas de caídas de agua, e imagino que en otras ocasiones o en épocas de lluvia,aquellos espacios se llenaban de agua y se veían como pequeñas cascadas que adornaban el lugar con musgo y plantas verdes a su alrededor.

Lo que empezó a ver en su camino no le gustó, pero él sabíaque eso no estuvo así todo el tiempo, porque las historias que le contaban sus amigos, eran todo lo contrario a lo que estaba viendo. Además de lo seco de su camino o poco verde, encontró basura por aquí y basura por acá. De momento sintió la inmensa necesidad de traer una bolsa de basura y poder recoger lo que estaba viendo a su paso.

Además, se percató de que las montañas y planicies que antes parecían ser árboles y maleza, se estaban convirtiendoen plantíos de caña, de maíz, espacio para poner el ganado o la casa de alguna persona que se quería alejar de su ciudad habitual. Cortes y cortes de árboles (pensó).

Llegó por fin a una cocina económica que se encontró en el camino, en un lugar recóndito donde nadie imaginaria que habría alguien vendiendo comida (deliciosa, por cierto), todo fresco recién cocinado y con la sazón del hogar. Esperó un momento para disfrutar de su comida y del lugar, después de unos minutos siguió su camino, quería llegar a tiempo con luz del día para buscar donde hospedarse.

Su camino por fin se tornó verde, húmedo, caluroso, con animales de muchas variedades y colores. Estaba contento de ver todo aquello en vivo, ya no detrás de una pantalla de televisión, tenía sus sentidos a flor de piel, sus ojos y oídos estaban extasiados con el cantar y el volar de los pájaros, de tan variados colores que nunca antes había visto, “Allá en casa solo veo unos pájaros cafés grisáceos y unos negros, igual cantan bonito, pero no sabía que hubiera toda esta variedad (pensó)…que maravilla”.

De momento leyó “Tamasopo a 20km”, estaba por llegar a su primer destino, la emoción que percibió era enorme, se le salía el corazón, suspiró y comenzó a sentirse todo un aventurero. Llegó a Tamasopo y comenzó a buscar un hotel para quedarse, mientras buscaba miraba con curiosidad por todos lados, todo era nuevo para él, la gente, su vestimenta, su caminar, la forma en que hablaban, todo era diferente.

Suspiró y siguió buscando…encontró una posada, muy bonita, con muchas plantas, entró y pidió una habitación, los encargados del lugar eran un par de viejitos amables y su nieta de 21 años. Le mostraron la habitación. Sus habitaciones eran limpias y pequeñas, pero con lo necesario. Dejó sus cosas para irse a buscar un repelente para mosquitos, son muchos los que hay en el lugar y no le gusta que lo piquen. No buscó comida porque en la posada tendrían de cenar. Después de cenar unas ricas enchiladas con cecina asada por un lado y unos ricos frijoles refritos con queso fresco de la región decidió solo dejarse llevar…CONTINUARA…

Chaneke verde

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