chaneke verde

Saludos lectores. Hoy, después de haber concluido la novela del regreso del Capitán Planeta, vuelvo a escribir para dejarles algo que analizar, al muy estilo propio del Chaneke verde. El título que acaban de leer no son los ingredientes para un platillo exótico, que no duden, algún día será una delicia Gourmet ahora que ha comenzado a comercializarle legalmente la mariguana, el llamado oro verde, que hoy en día tiene un fuerte retador dispuesto a destronarle, el aguacate, orgullosamente michoacano.

Michoacán es el primer productor de aguacate en el mundo, ha sido tal el boom comercial de éste fruto en los últimos 20 años, que tan solo en 2018, las ventas a Estados Unidos fueron por 2500 millones de dólares, más que las ganancias por petróleo. O sea que los gringos nos compraron más aguacate que petróleo.  Pero ¿qué hay del poseedor del título “ ORO VERDE”?. Aunque no se ha determinado el monto exacto de cuánto dinero se mueve por la venta de mariguana, ya que sigue siendo parcialmente ilegal, se estima, que en corto plazo, podría alcanzar la cifra de 5,000 millones de dórales al año, con la correcta regulación y distribución. Genial, ¿no?  ¡Por fin saldremos de pobres!

La verdad es que no, el oro, sea del color que sea, trae consigo una maldición como la del rey Midas. Aquel soberano de la antigüedad al que se le concedió el deseo de que todo lo que tocase se convirtiera en oro, algo que al principio fue tan maravilloso, comenzó por matarlo de hambre.

Los chanekes, como llevamos siglos existiendo en los bosques, sabemos que las copas de los pinos sirven de protección contra el calor y la evaporación, la gruesa alfombra de agujas ( hojas) de pino caídas sirve como esponja, absorbiendo y almacenando la humedad. Las raíces de los pinos y muchos otros árboles evitan que el agua y la tierra caigan por las laderas, disminuyendo así los deslaves y éso es lo que los hace tan maravillosos y reconfortantes. Pero los humanos, no.

Lo primero que hacen los productores de aguacate es preparar la tierra, para ello cortan los pinos ( a veces de manera ilegal) y toda planta que pueda interferir con el crecimiento de las plantas de aguacate, luego, crean pequeños estanques que retengan el agua para sus huertos, cortando el flujo de los riachuelos y así, luego de algunos años, con poco esfuerzo, gracias a las condiciones idóneas de Michoacán, se logran buenas cosechas, ya que el aguacate da frutos todo el año, es decir, no es de temporal, lo cual lo hace maravilloso porque todo el año hay producto para vender, en grandes cantidades a diferencia del maíz, que es un poco más difícil de cosechar a largo plazo.  Y eso no es para nada sustentable, lo cual les importa poco a dichos productores, exportadores y al Gobierno, todavía menos, por éso, una vez más, son las comunidades indígenas autónomas, las directamente afectadas, quienes se revelan para evitarlo.

“Nos hemos dado cuenta de que el aguacate, lo único que hace es absorber toda el agua posible de lo que producen nuestros bosques”. Dice uno de los lugareños, cuyo nombre no mencionaré para no meterlo en problemas, porque está comenzando a lograr algo increíble en su comunidad; mientras que, en otras, a los que han comenzado a actuar, los han secuestrado, golpeado, amenazado o asesinado.

De ellos no se habla, no salen en las noticias como los fallecidos en el Estadio Corregidora; no llaman la atención del Parlamento Europeo como los periodistas caídos, nadie los protege, tan solo en los últimos 3 años, hasta enero de 2022, han muerto 96 de ésos ambientalistas en diferentes partes de nuestro país, no sólo en el mal afamado Michoacán. Y ésa cifra no importa porque no los mató el COVID ni eran ucranianos.

Él también dice: “Intervenimos de una manera amable, a través del diálogo, pero si los agricultores no aceptan dejar de plantar aguacates, es cuando entran en acción las patrullas forestales, se arrancan o se cortan las plantas de aguacate”. “Hicimos un convenio con los comuneros que no sembramos aguacate, para sembrar puros árboles que produzcan un aire bueno “

Para que te des una idea, al año se pierden 500 hectáreas de bosques en Michoacán por la siembra de aguacate, lo cual es casi el tamaño de Londres. Tristemente, aunque es muy sabroso, el aguacate está acabando con Michoacán.

¿Bueno y ésto que tiene que ver con el narco? Pues que, además, de que también se siembra mucha Mariguana en las sierras de Michoacán, lo cual también genera deforestación, se sospecha que los grupos criminales podrían estar invirtiendo directamente en los plantíos de aguacate (o sea, son los mismos dueños, pues),  tal vez están enviando a los taladores, para poder comercializar también la madera de pino; lo que sí es seguro es que suelen extorsionar a los productores, a quienes también secuestran o asesinan si no pagan su cuota de protección.

Luego entonces lo oros verdes traen deforestación, sequía, pobreza, violencia, corrupción, además de desigualdad social y laboral porque, como siempre, al jornalero, al talador, al transportista, a quien sea que ponga la mano de obra, se le paga mal. Oro hay, pero para algunos, los demás que se queden sin planeta, total…

¿Como ves?

 

Chaneke verde

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